Este libro del autor Rainbow Rowell, es de esos que logran involucrar al lector desde la primera
página, me encantó de principio a fin y, me atrevería a decir, que es una de
mis mejores lecturas del año.
Trata sobre dos chicos de mundos
bastante diferentes. No es la típica historia de amor con final feliz, lo cual me
hubiera encantado, sin embargo no lo fue. Pero más allá del final, es una historia demasiado dulce, tierna y muy
realista que narra una de las etapas más bonitas: El Primer Amor. Lo más interesante
es la forma en que este amor comienza a darse, cómo se van acercando y
conociendo más, y en sí toda la trama. Yo personalmente estoy más que encantada
con lo que he encontrado en cada página, es extenso, pero vale verdaderamente
la pena leerlo.
Los personajes me encantaron, fueron perfectos
para encajar y desarrollarse en el libro... Eleanor es una chica que ha sufrido
mucho y que se siente muy sola, con un carácter bastante fuerte y pesimista por
la misma razón de que no la había pasado nada bien todos esos años. Park por el contrario, es muy lindo, tierno
y divertido, que no tiene ni idea de todo por lo que había tenido que pasar
Eleanor hasta que poco a poco lo va descubriendo mientras son enamorados.
Esta
frase es la que más me llamó la atención del libro, ya que en especial los
adolescentes muchas veces creemos que la vida es embustera, que cuando tenemos
a alguien que nos da y hace sentir tantas cosas bonitas, ésta nos la quita y
nos sentimos vacíos y llenos de recuerdos que viven siempre en nuestra mente y
en nuestro corazón, recuerdos que nos hacen repetir miles de veces el mismo
cliché: ‘’que hubiera pasado si…’’. Creo que las cosas pasan por algo. Que si
una persona es para nosotros y nuestro lugar es junto a ella, Dios y el destino
se encargan de que al final se reecuentren. Yo espero que haya un segundo
libro, que ellos se vuelvan a encontrar, que concluyan tan bella historia de
amor y que esta vez sin fantasmas que les impidan ser felices.
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